La Dirección General de Estabilidad Financiera, Servicios Financieros y Unión de los Mercados de Capitales de la Comisión Europea declaró que el proyecto de criptomoneda evaluará para conocer su impacto en asuntos comerciales.
Los expertos financieros debatirán sobre las posibilidades de esta, como los pagos internacionales y la estabilidad que imprima. También se examinará sobre cómo solucionar algunas incertezas del euro digital, como los hipotéticos casos de blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo. La comisión aceptará respuestas y objeciones hasta el 14 de junio.
Según la Comisión Europea, estos son concretamente los puntos consultados:
- Las expectativas de los usuarios sobre el euro digital.
- El rol del euro digital en la economía digital europea.
- Combinar la aplicación del euro digital mientras se salvaguarda el uso del dinero físico.
- El impacto del euro digital en el sector financiero y la estabilidad financiera.
- La aplicación de medidas contra el lavado de dinero.
- La privacidad de datos y la protección de la criptomoneda.
- Los pagos digitales con el euro digital.
"Nuestro objetivo es presentar la legislación a principios de 2023 declaró el comisario de servicios financieros. El principal motivo para la rapidez en la adopción de la criptomoneda es el rápido avance del que gozaron estas en 2021 frente a los titubeos de las monedas tradicionales durante el conflicto de Ucrania. Si no satisfacemos esta demanda, lo harán otros", explicó Fabio Panetta, miembro del Comité Ejecutivo del BCE refiriéndose al acuñamiento de la criptomoneda.
Fuera de la Unión Europea, El Salvador encabeza los proyectos sobre la divisa digital. Fue en septiembre de 2021 cuando presentó un faraónico proyecto llamado Bitcoin City, financiado con Bitcoin. Por otra parte, Kenia, Tailandia y principalmente China también han mostrado su interés por las criptomonedas.
Como su nombre indica es una moneda digital regulada por el Banco Central Europeo. No es una divisa distinta a las monedas y billetes de euro físicas. Es un proyecto en firme en el que países relevantes dentro del organismo, como Francia ya han sometido a pruebas. Por otra parte, España también experimentó con la moneda a mediados de 2021.
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